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LA VERDAD DEL SECRETO

Nada puede resistirse a la voluntad humana capaz de poner en juego hasta la propia existencia con tal de perseguir su propósito. -Benjamin Disraeli

No me dejará mentir pero de un tiempo para acá se habla hasta por los codos de un secreto. No cualquiera, sino El Secreto. Le suena? Se menciona que unos pocos tenían el conocimiento para usarlo y lo han conservado con celo y constancia. Bueno… Seamos sinceros: estamos en La Era de la Honestidad y se nos revela El Secreto!

Muchos hacen oídos sordos por el aire “místico” y “esotérico” que rodea el dichoso secreto pero sólo hay dos tipos de personas, lector. Aquellos necios que dicen “no” sin tener idea de lo que escuchan y lo que entienden. Y los escépticos que dicen “no suena a algo que haya conocido antes pero deja investigar”. Lo invito a que sea escéptico, sea honesto consigo mismo e investigue todo lo que podría cambiar su vida pero aún no sabe a fondo cómo funciona.

Si vio la película comprendo que tenga dudas de si se trata de una autosugestión masiva. Si ve el filme Y tú qué sabes? puede investigar a cada uno de los científicos que documentan el tema y descubrir la ciencia que respalda un hecho irrefutable:

AQUELLO EN LO QUE TE CENTRAS, SE EXPANDES

En los niños puede probar la seriedad de la Programación Neurolingüística. Verá con certeza que a su edad reaccionan mejor a las palabras cuidadosamente escogidas para englobar una experiencia positiva que el NO, los gritos y los golpes. No se necesita ser intelectual para apreciar el resultado.

Si escucha al Coach de talla mundial Tony Robbins o la recopilación social de Napoleon Hill en su libro Piense, Hágase Rico considerará seriamente la posibilidad de que todo lo que lo rodea es SU responsabilidad. Es su decisión. Está en su poder enfocarse en una cosa u otra.

Aquello en lo que se centra, se expande.

René Descartes (que no es un hijo de vecino sino un personaje de renombre histórico) mencionó “Pienso, luego existo”.

Le parece que la filosofía no tiene aplicación en la ciencia? Déjeme decirle que las grandes preguntas que propone la filosofía son meticulosamente consideradas por la ciencia.

Una cosa no está peleada con la otra. Son aliados. Son dos enfoques al mismo tópico: El Ser Humano.

Si voltea a ver a su hijo notará esa sensación de responsabilidad. Ese Ser es su responsabilidad. Usted responde por él, cierto? Imagine la posibilidad de devolverle la responsabilidad a sus hijos. Hacer seres que ejerzan la habilidad de responder por sus actos.

Esa es la honestidad que prefieren los hijos a la larga. No la honestidad sobre lo mal que están las cosas, o lo dura que está la crisis, o lo lamentable del mundo en el que vivimos. La honestidad que cambia al mundo empieza por la sinceridad para cambiar su propia vida.

“Hijo, aquello en lo que te centras se expande. Aquello en lo que te enfocas aumenta. Sea bueno o malo. En realidad no hay bien ni mal, sino distintos puntos de vista. Para un chino es malo que compremos productos mexicanos porque su familia se queda sin subsistencia, para un mexicano es bueno porque le da trabajo a una familia de nuestra nación. No hay bien ni mal, sólo tú eliges en qué enfocarte”.

En qué quiere enfocarse? En qué quiere que se enfoquen sus hijos? En la crisis? En lo que te centras se expande. O en la verdad del secreto de la vida? La verdad absoluta de que tenemos libre albedrío y nuestro cerebro lo sabe mejor y crea cada mañana a nuestro alrededor una “realidad” que parece igual para todos pero se aprecia diferente según nuestros intereses.

Un día soleado es excelente para el enfoque de un niño pero pésimo para un sembrador que perderá la cosecha por la falta de lluvia. Ve? Ni bien ni mal, sólo ojos distintos.

Aquello en lo que centras (tu vista, tu oído, tu acción) se expande.

Tu realidad es tu creación. Todo es creación.

“Yo creo, hijo, algunas cosas pero si tú crees algo distinto puedes crear cosas distintas”.

Si pensáramos igual que nuestros padres o maestros, habría usted llegado hasta donde llegó en la vida?

P…N…L…

UNAS LETRITAS QUE HACEN LA DIFERENCIA

No piense en un mono con tanga.

Lo hizo!! No me diga que no… Lo negó o se rio?

Pero si le mencioné que no lo hiciera. Lo hice, verdad?

Contestó que sí? Así son los cerebros. Los infantiles, los adultos, todos.

Pensamos en imágenes y, al usar palabras, les asociamos la imagen correspondiente.

Cuántas de estas palabras puede imaginar lo que representan, veamos… Pida a sus hijos que intenten dibujar este dictado:

Ratón, ratoncillo, fresas con crema, escoger, noche helada, justicia, fantástico, prosperidad económica, casa de mis sueños, vacaciones, mucho dinero, felicidad, Dios.

Sería capaz de volver a interpretar los dibujos con la misma palabra?

Complicado! Las palabras no tienen nada qué ver con las imágenes. Representan las imágenes pero no son las imágenes. P-e-r-r-o no es un perro, verdad? Es una serie de letras.

Las palabras desatan imágenes. Mono con tanga.

Lo tiene en mente?

No piense en un mono con tanga. Intentó pensar en otra cosa? La única manera de NO pensar en algo es pensar en algo más. En blanco o en un mono con ropa, o en la tarjeta de crédito.

Cuando usa la palabra NO desata un juego de destreza en el cerebro de su niño (o de cualquiera.) Es la lucha interna de pensar automáticamente en aquello a lo que dijo NO y segundos después tratar de sustituirlo con algo más para obedecer la instrucción.

Piense en cómo cambiaría su vida paternal si en vez de decir NO toques la estufa, que te quemas (ve la imagen de su hijo quemándose?) pidiera: Camina lejos de la estufa para estar seguro (puede ver la imagen de su hijo caminando lejos con la sonrisa de seguridad?)

Esa es la ENORME diferencia entre decir algo que pueda llegar a la conciencia de sus hijos para obedecer O decir algo que necesita interpretarse, evaluarse, analizarse y un rato después (cuando ya les está poniendo pomada para la quemadura) comprenderse.

TE LEO ESTE CUENTO?

Alguien muy torpe me dijo que no vale la pena recibir un cuento de regalo. El día que dijo eso había estado pensando todo el día en cómo inmortalizarlo en un relato que cambiara su vida.

Muchas personas muy valiosas han muerto a lo largo de mi vida pero en una historia logré plasmarlos y conservar su esencia. Tengo una colección de personajes que han inspirado mi vida en 300 páginas que me conmueven al llanto, me provocan largas carcajadas y consiguen mis cuidadosas reflexiones.

Mi vida es un cuento y he escrito muchos de la persona que más quiero. Mi propia persona tiene su propio museo para que nadie me olvide como soy… o cómo era. He escrito tanto que cuando vacilo sobre seguir adelante, me releo y recuerdo quién es quien quiero ser.

Pero alguien muy torpe quiso salir de mi vida y me negó la posibilidad de conservarlo para siempre para reír, llorar, abrazar y hacerlo inmortal.

Pero dicen que se topó con Orfeo, el dios griego que cuida las almas difuntas, y en lugar de escuchar su lira en una dulce canción, prefirió darse la media vuelta diciendo “Aún no es mi hora de morir”. Orfeo, ofendido, corrió tras él y dejó caer su pesada lira en su cabezota insolente. Así terminó esa vida que no viene al cuento.

Pero Orfeo se sintió culpable y me contó todo lo anterior y, apiadándome de un ser tan ingenuo y por ello tierno, le escribí este in memoriam. En caso de que alguien quiera revivirlo y leer sobre él.

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