Qué pregunta! Alguien acaso contestaría “No, preferiría que me mintieras”?
Aunque le parezca gracioso muchos optamos por escuchar una verdad digerible, una opinión manipulada o, en el caso extremo, abstenernos de recibir cualquier información que salga de nuestro punto de vista.
Imagínese qué pasaría si sus hijos supieran cuánto gana. Si supieran cuánto cuesta cada cosa, actividad o necesidad cubierta en el ámbito doméstico? Qué cree que pasaría si usted supiera cuánto ganan los maestros de sus hijos, la directora, el dueño de la escuela, los padres de los compañeritos de su hijo? Cambiaría en algo el darse cuenta de que no hay más o menos afortunados y que realmente el dinero no está distribuido como usted creía?
Esta no es una idea mia, precisamente, no obstante, aplicarla la ha hecho mia paulatinamente pues no hay nada más aterrador pero garantía de éxito como la aclaración del concepto de honestidad, transparencia, visibilidad, verdad.
Piense junto conmigo. Si esa información fuera revelada y todos se trataran con naturalidad en base al tema, se acabarían las envidias y las injusticias económicas.
Acaso una empresa seguiría funcionando si sus empleados se dan cuenta que el sueldo es desigual de acuerdo a las funciones que desempeñan? Pues claro que no! Por consiguiente, las personas se agruparían o asociarían con quien fuera equitativo, claro y honesto en su trato económico.
Qué utópico suena! Sin embargo, hay empresas reconocidas internacionalmente que se manejan a partir de este principio de cuentas claras, sociedades duraderas.
En mi investigación en el mercado y en la pedagogía he encontrado muestras representativas de empresas que funcionan así. Además de ello, he tenido el privilegio de dar seguimiento a los niños que son educados por padres que participan en proyectos tan honestos como el que describo.
He aquí el resultado de mis observaciones a lo largo de un año:
-Los bebés educados por padres que actúan en base a la honestidad, la armonía entre sus principios laborales, sociales, familiares, económicos y de salud desarrollan una creatividad que los hace destacar en cualquier cosa que se propongan.
-Los niños en preescolar aprenden a leer y escribir con naturalidad por el medio de crecimiento personal que los estimula por el estado de ánimo de sus padres.
-Los niños en edad Primaria en un entorno así son más selectivos en sus opiniones, más sociables, más elocuentes y con aprovechamiento notable en el medio académico.
-Los jóvenes en edad Secundaria que crecen en este valor comienza a corta edad a definir sus proyectos personales y aprender a desarrollar planes de acción para llevarlos a cabo, con la guía adecuada y con una autoestima que destaca del adolescente promedio que se debate entre obedecer y ser él mismo. Cabe señalara que también desarrollan un criterio más maduro en la elección de sus amistades.
-Los jóvenes preuniversitarios que tienen contacto con mentalidades empresariales y de desarrollo personal junto con sus padres están más dispuestos a colaborar en las decisiones familiares, trabajar en equipo y dirigir su vida hacia lo práctico.
-Los adultos jóvenes se vuelven aliados a los proyectos paternos y presentan un liderazgo notable, creatividad creciente, nivel de vida sobresaliente e inteligencia práctica.
Ahora yo le pregunto: Le puedo ser franca? En verdad espera que sus hijos se acoplen a un estilo de vida cambiante como es la tendencia, educándolos en valores estancados y tradiciones que les pesan?
Siendo honestos, la única verdad es la que te funciona para obtener los resultados que buscas. Está obteniendo los resultados que busca en sus hijos? Haciendo lo que está haciendo es un ejemplo de TODO lo que siempre soñó para ellos? Qué más le hace falta? Qué es su ambición? Qué aspira a conseguir?
Se que son demasiadas preguntas pero, seamos sinceros: Le ha servido hasta ahora el vivir sin responder las preguntas cruciales para dirigir sus acciones y a sus hijos?
MENTIR O NO MENTIR
ACTIVIDADES PARA MORDERSE LA LENGUA
No me diga que jamás ha mentido porque se mordería la lengua. Los chicos aprenden a mentir por razones muy sencillas:
1. Es más fácil mentir que explicar o dar razones para defender un punto de vista.
2. Los papás lo hacen y parece causar alivio, así que prueban hacerlo.
3. Los mentirosos se deshacen de la tremenda responsabilidad.
4. Lo inventado es más interesante que lo que nos pasa.
Esas son algunas situaciones que pueden conducir a un niño a mentir. Ahora, pruebe si sus hijos caen en un punto de los 4 o en varios.
Pregunte:
-Hijo, te gustaría no ir a la escuela mañana…? (Escuche la respuesta) Por qué?
Su hijo puede caer en la actitud de decir lo que realmente piensa pero no saber cómo sustentar lo que piensa. Si lo presiona un poco, terminará mintiéndose a sí mismo, creyendo que sí quiere o no quiere ir, cuando su primera respuesta era la verdadera.
-No tengo ganas de ir al trabajo mañana, hijo, qué crees que deba hacer?
Si su hijo le ayuda a idear una situación falsa para respaldar su preferencia, lo habrá aprendido de otras situaciones que usted evadió mediante una trama “alternativa” (seamos francos. Estoy hablando de una mentira.)
-Busque una travesura que su hijo haya hecho sin pensar y pregúntele Por qué lo hiciste? En lugar de preguntar: Lo hiciste?
Asumir qué el fue el responsable le permitirá leer su reacción. Si niega que fue su responsabilidad cuando usted sabe que lo es, se encuentra con un triste caso de falta de hablidad para responder por sus actos (de ahí la palabra: response-abilité) Si supiera cómo explicar por qué lo hizo, lo haría pues sabe que su decisión fue sincera aunque el resultado fuera desastroso.
-Qué te pasó hoy? Y observe cómo cuenta lo ocurrido e interrúmpalo diciendo con indiferencia “Ah, pensé que había sido más interesante”.
Si no argumenta sobre su comentario, estará siendo honesto. Si trata de quedar bien con usted dándole un toque de aventura al día tan ordinario se trata de un caso común de mentir para encajar, socializar o agradar.
TE LEO ESTE CUENTO?
Mentir es un arte, menciona el artista. Engaña la vista como un tinte en el cabello. Convierte lo ordinario en bello. Un aburrido diario en una gran aventura, un derruido palacio en una mansión de hermosura y el pasado doloroso en un lejano recuerdo.
Mentir es ponerle bigotes a la fotografía. Mentir es señalar sin decir “Esta boca es mia”. Mentir es el arte de engalanar el grave insulto. Procurar diluir con sutilezas el exabrupto.
Mentir es un cuadro colorido inspirado en un paisaje gris. Un atracón de chocolates para sustituir ser feliz. Evadir los debates, discusiones y confesiones para escribir cartas, pedir perdón y enviar flores.
Mentir es el arte de quedar bien con los demás, mintiéndonos a nosotros sobre cómo quisiéramos actuar.
Si poco a poco se sustituyeran las mentiras, se acabaría el arte, las peleas y las riñas. Si fuéramos honestos se diluirían las amistades, las calumnias, los fracasos y las vanidades.
Quedaría lo simple y sencillo, lo que causa paz, lo que te deja tranquilo y de cien sonrisas falsas podrías abrazar con el alma a quien permanece contigo.
Mentir es un arte que se vitorea en un museo donde admiramos lo retorcido, lo afectado y lo feo. El arte de sincerarse es doloroso, causa pánico y da mareos. Pasado el malestar quedan cosas pequeñas como el amor eterno, la acción enfocada y la claridad mental.
Preferimos mentir pues da fama y gloria a nuestra vida contarla como una novelesca historia. El que adopta la verdad queda solo e incomprendido pero un día descubre en el espejo a su más grande amigo.
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