Cuando iba en preparatoria un maestro el primer día de clase nos pidió que habláramos de todo lo que necesitábamos para aprender en ese ciclo escolar.
Las respuestas de la clase diecisieteañera fueron cosas como: estudiar, memorizar, aplicarse, repasar, trabajo en equipo, leer.
Yo dije ENSEÑAR.
Se quedaron en silencio. El maestro dijo que eso era una contradicción, sin embargo le expliqué que las veces en las que más he aprendido es tratando de enseñar algo.
Aquel que trata de calmar a alguien enojado, resolver una discusión, detener una lluvia de insultos normalmente hace que crezca el enojo, se aumente la retahíla de palabras y se agudice el conflicto. La solución a los conflictos requiere dar el primer paso. Para el enojo, estar tranquilo. Para la retahíla de palabras, estar callado.
Pruébese respondiendo! Cómo resolvería pacíficamente los siguientes escenarios clásicos de la familia?:
-Falta dinero para comprar lo necesario para la tarea de mañana.
-Hay un solo regalo para dos hermanitos.
-Cada cual quiere un programa de TV diferente para ver en ese momento.
-Queda una alita de pollo al centro del plato y son 5 comensales.
-Para referirse a usted, cierto familiar siempre hace gestos de desagrado o utiliza nombres de burla.
-Las quejas en el salón sobre el desempeño de su hijo se han incrementado.
-La maestra asegura que su hijo miente.
-Dormirse temprano es un maratón de cada noche.
-La escuela es tremendamente aburrida para levantarse cada mañana.
-La abuela pone en duda las instrucciones que los padres inculcan.
-Los amigos de la banda de gañanes son más divertidos que los alumnos aplicados de los que podría rodearse su hijo.
-Tener novio a cierta edad distrae a los chicos de enfocarse en sus estudios.
-En casa algún adulto fuma pero está prohibido para los hijos.
-El uso del carro es un privilegio que provoca discusiones y desilusiones.
De lo que haya respondido para dar solución a las situaciones arriba mencionadas pudo haber usado experiencia personal, ajena, escuchada, consultada o… la más peligrosa: imaginada.
Sí. Las fallas de comunicación y análisis de problemas y toma de decisiones vienen de usar sin conciencia la imaginación. La desbocamos creyendo que es verdad lo que anticipamos en nuestra mente sobre una circunstancia dada.
Cuándo la imaginación se convirtió en realidad? El día que permitió que cosas que aún no han sucedido influyan en sus decisiones.
“Quédate quieto porque sino andarás por ahí y podrías romper algo”
“Si se te ocurre mentir una vez más vas a ver cómo te irá”
“No hagas caso de nada de lo que diga tu abuela”
“Si usas el auto en cualquier momento tendré que estar recogiéndote del corralón”.
Qué le parecería dar solución a los conflictos sin asumir? En lugar de asumir, dando por hecho que la otra persona involucrada quiere lo mejor para sí, lo mismo que usted. Sólo hay que ponerse de acuerdo sobre lo que cada uno considera lo mejor para sí mismo.
Para su hijo adolescente lo mejor puede ser pasar un buen rato, para usted lo mejor puede ser un ambiente sano cambiando su grupo de amigos.
Dar solución pacífica a cualquier conflicto ocurre a partir de que aplica la solución a sí mismo. Le suena lógico? Intente aplicarlo a los ejemplos de lo más común y llévelo a escenarios más globales como la paz mundial, la ecología y los valores familiares.
Pregúntese “Qué es lo mejor que quiero SER en tal situación?” Resuelva con el ejemplo. Quiere que cambie el círculo de amigos, cambie al suyo por gente que sea ejemplar. Quiere que la abuela no se interponga? Reduzca las visitas. No trate de cambiar a los demás. Cambie usted.
CUENTE HASTA DIEZ
Y LUEGO CUÉNTEME QUÉ PASA
10 En caso que la desobediencia de su hijo lo ponga en peligro DETENGA la acción.
9 Acuerde con él retomar el tema que por el momento pospondrá para cuando los dos estén en otro estado de ánimo.
8 Retome según el acuerdo. Pregunte primero a su hijo cuál era la intención al actuar así.
7 ESCUCHE!
6 Cuéntele los efectos reales posibles de haber llevado esa intención más lejos.
5 Pregúntele si son efectos que sabría manejar o resolver solo.
4 ESCUCHE!
3 Compártale que sus padres lo pueden apoyar hasta cierto punto y para hacerlo más fácilmente él, como hijo, puede… (describa la conducta deseada)
2 Pregúntele si prefiere que sea así y si desea el apoyo de sus padres.
1 Olviden el asunto una vez concluida esta conversación. En futuras acciones aplique el mismo procedimiento para solución de conflictos y nunca retome conversaciones pasadas o problemas “olvidados o perdonados o superados”. Sea un padre de borrón y cuenta nueva para inculcar en su hijo el deseo de mejorar y no la necesidad de justificarse o guardar rencor.
TE LEO ESTE CUENTO?
Se que había dicho aquella mentira. Cuando me atrapo diciendo una mentira para solucionar un conflicto sin discutir creo que es la mejor decisión pero siento una carga tremenda.
Este equipaje que vamos acumulando se va haciendo más ligero no porque mintamos menos sino porque nos hacemos más hábiles y fuertes para cargar con el peso de nuestras mentiras.
Saladino era un muchachito que creía que la suerte le traería una lámpara mágica tal como en la historia. Creció para hacerse un hombre ordinario, un genio de las mentiras blancas para salvar la situación. Todos los adultos crecen queriendo convertirse en más astutos y menos ingenuos.
Saladino era tal como cualquier adulto sueña. Todos los problemas tenían respuesta, las preguntas también y no había quien no respetara su punto de vista tan seguro.
Cuando Saladino enfermó por la vejez la Muerte se acercó “Está ocupado este sitio?” Saladino dijo que sí con la cabeza “Espero a la muerte pues estoy muy cansado”.
“Yo soy la Muerte”, dijo aquella “pero mira mis huesos y lo pesado de mi hoz, no puedo llevarte. Mira todo lo que cargas contigo!”
Saladino no comprendió. Se había deshecho del dinero, despedido de las personas. Sentía el cuerpo ligero pero no era suficiente para ser cargado por la Parca.
“Qué quieres decir?”
“Mira lo agotado de tus hombros y las marcas en tu rostro. Tu cuerpo se contrae como un anciano decrépito”.
“Soy un anciano”.
“Otra mentira más que te tragas y que cargas contigo. Te has echado cargas que ya no sientes porque tu cuerpo es valiente y te ha sostenido. Por eso te sientes cansado”.
“No. Me siento cansado porque ha llegado mi hora”.
“Otra mentira más. Yo digo cuándo es tu hora y para que sepas que digo la verdad te explicaré cómo se siente que es tiempo de venir conmigo: Tu cuerpo está ligero, tu frente sin arrugas de preocupación, tus labios con una sonrisa de satisfacción y te sientes joven, fuerte, vigoroso y una inmensa alegría endereza tus hombros y hace tus pies ligeros como plumas. Sólo así puedes acompañarme. A poco creías que era mi deber cargar con el muerto?”
Saladino estaba confundido. Había cargado tantas mentiras piadosas, blancas, detestables, de broma, de las peores, crueles, verdades omitidas que ya no distinguía la verdad que la Muerte le revelaba.
“Tú no eres la Muerte, tu estás tratando de confundirme”, concluyó.
“Bueno”, se alejó con su manto negro. El colmo de un mentiroso es imaginar que los demás le mienten.
Enero 2010, El Sol de Morelia, Puericultura
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