
Si pudiera elegir un super poder existente o no, cuál sería?
Es una pregunta interesante con la que comenzamos el TALE (Taller: Aprender a Leer para Empatizar) y una vez que usted tenga su respuesta puede jugar.
Imagine que ese superpoder elegido representa algo que le falta en la vida normal. El mio? Teletransportación, la habilidad de estar en cualquier lugar en cualquier momento… Qué de su vida diaria se ve afectada por no tener ese poder?
Entendamos el poder.
Poder no tiene relación con superioridad, mayor capacidad o posición privilegiada. El que tiene poder no es quien está “arriba”. De hecho, un bebé tiene más poder que una madre, una mujer más que un hombre, un contribuyente más que un gobierno.
Implica el tener cubiertas las necesidades con el mínimo esfuerzo. Los superpoderes son imaginariamente la posibilidad de cubrir tú mismo aquellas áreas de carencia con el mínimo trabajo.
Si consideramos que ni usted ni yo creemos tener superpoderes, lo único que nos da poder es que otros se ocupen de nuestras necesidades.
Ahora se siente más poderoso?
Yo tampoco. Se supone que somos poderosos pero no lo experimentamos porque necesitamos más cosas, más situaciones, más tiempo libre, más conocimiento y herramientas para educar a nuestros hijos. Pero no se culpe, ellos tienen poder sobre usted y sobre mi. Nota cómo estamos trabajando por cubrir sus necesidades sin que requiera su esfuerzo directo?
Propongo que cedamos el poder. Ya no quiero ser poderosa pues eso no me da el resultado que quisiera. Renuncio al poder que tengo sobre el Gobierno pues, sin mi intervención directa, se ocupa de mis necesidades. Renuncio al poder sobre mis padres pues, aunque trabajaron toda su vida para darme lo que tengo, yo quiero algo distinto.
Querer no es poder. Querer es un terrible vacío, esa sensación de que algo falta. El sentimiento de carencia. Las mariposas en el estómago.
Poder no es éxito o realización. Quisiera proponerle una nueva idea para fomentar el valor del poder en sus hijos.
En lugar de darles el poder sobre sus padres, cubriendo sus necesidades por default, qué le parecería enseñarles a desear? No a necesitar. Se puede necesitar un alimento, pero se desea sopa de tortilla con aguacate y deliciosa crema. Quizá hay necesidad de vestir y calzar pero se desea unos zapatos bonitos que de gusto usarlos a juego con la playera con adornos realzados.
Si sus hijos dejan de necesitar, comenzarán a desear. Entonces ya no tendrán poder sobre alguien que los proveea, sino el poder de cambiar su realidad.
Diga: “Hijo, te compro zapatos, vestido y alimento. Si deseas algo en particular tu PUEDES conseguirlo”. Es diferente GUIAR a un hijo hacia el éxito que el EMPUJARLO al tipo de vida al que podemos acostumbrarlo… lo segundo los hace dependientes, les resta poder sobre su vida y aumenta el poder que tienen sobre usted. Lo primero les da PODER para crear sus circunstancias.
Sabe que si deja de necesitar cosas, dejará de temer? Y no hablo sólo de sus hijos.
Si usted necesita un sueldo, temerá perder el trabajo. Si usted toma acciones que cubran todo lo básico sin que dependa de usted, tendrá el PODER de ELEGIR qué quiere hacer con su día.
Todo eso se PUEDE hacer REALIDAD. Sólo tiene que dejarse GUIAR por la gente que ya lo hace, en lugar de la gente que dice que no se puede. Puede elegir de quién rodearse, cómo interpretar lo que escucha, lee, vive y recibe de información.
Si deja de necesitar, deja de temer perder. Cuando el temor se acaba, también el enojo. Si no necesita que su pareja sea atenta, no se enojará de que no lo sea. Si no necesita que sus hijos se porten bien, no le enojará que elijan hacer otra cosa.
Es fácil decirlo pero sienta el PODER de hacerlo. Despierte cada mañana, cada situación y elija tener el poder sobre su estado de ánimo, sus decisiones, sus acciones, su actitud.
CÓMO PODER DAR PODER
He aquí una actividad simple que si mantiene tan simple como se la cuento, le dará el poder de dar poder.
Despierte a sus hijos cada mañana, según su costumbre y pregúnteles: Qué es lo mejor que PUEDO hacer por ti hoy?
Mensaje que reciben: No es malo pedir, sólo debo elegir lo mejor que puedo pedir para que otros me apoyen (el arte de delegar) y ocuparme de lo que PUEDO hacer YO.
Deje a los hijos en la escuela y pregunte al despedirse: Mientras estoy en el trabajo, qué es lo mejor que puedo hacer por ti?
Mensaje que reciben: Aún cuando no vea a mis papás, cuento con ellos (olvídese del “tiempo de calidad”, elija el tiempo efectivo para dedicar a sus hijos. Ese tiempo en el que hará lo mejor que puede hacer por ellos y no lo que usted cree, lo que interpretó, lo que le pareció que les hacía falta.)
Antes de dormir: Hijo, qué es lo mejor que puedo hacer por ti antes de despertarte mañana?
Mensaje que reciben: Puedo responder “Nada, papá, yo puedo hacerlo”.
Resultado medible: Los hijos asumirán el poder de cambiar su realidad, aprenderán a pedir, confiar y valorar a sus padres y no “el tiempo que pasan conmigo”.
Usted asumirá la responsabilidad por su palabra dada y aprenderá a escuchar las necesidades de su hijo, lo que lo hará un padre más eficiente y efectivo.
TE LEO ESTE CUENTO?
Las lluvias de estrellas son una gran oportunidad de pedir deseos pero fue hasta ese fin de semana que Alvar supo cómo funcionan. Pidió una sarta de cosas antes de dormir y se fue a descansar, imaginándose lo atareado que estaría el Universo atendiendo a su pedido.
Vio luz en el baño y preocupado de haberla dejado encedida, se levantó. Sentada en la taza del baño había una mujer de cabello azul, con vestido azul y ojos azules como la bóveda.
-Lo siento! –exclamó el muchacho, cerrando la puerta.
Luego pensó un poco… Quién estaba usando su baño?! Tocó-. Se puede?
-Un momento –le respondió una voz dulce. Luego el sonido de la cadena, la tapa, el lavabo, el jabón y el enjuague. Se abrió la puerta y Alvar quedó pasmado frente a la mismísima Hada Azul.
-Vienes por los deseos que te pedí? –brincoteó, al borde de la histeria y alegría, casi igual que cuando su tía le ofreció guiarlo en sus proyectos para el 2010.
-Tú crees que vine aquí por deseos, chico? Estás sumamente confudido. Vine aquí por una necesidad específica.
Alvar carraspeó, avergonzado-. O sea, sólo a usar mi baño.
-No! No! Me refiero… ash! Cómo se confunden aquí en tu planeta! Vaya! Sí vine al baño porque necesitaba ir al baño pero de igual forma porque tú necesitas aclarar algunas cosas.
-Pero ya se lo pedí a las estrellas en la hermosa lluvia que, por cierto, lucieron todas ustedes fantásticas. Casi me pongo a llorar de emoción!
-Gracias, gracias, pero no es eso, Alvar. Tú enumeraste una serie de cosas que necesitas pero nosotras no nos dedicamos a eso.
-Qué? No entiendo.
-Nosotras cumplimos deseos pero si necesitas tantas cosas me parece que primero tienes que encargarte de todo eso para expresar qué es lo que realmente prefieres vivir.
-Pero necesito un trabajo, dinero, salud, amor!
-Basta! Yo necesito ir al baño, voy y punto. Hasta que expreses lo que realmente deseas...
-Pero ya estás aquí! Cuánto tardaré en aclarar ese detalle?
-Da gracias que 2010 estará lleno de lluvias de estrellas así que tienes oportunidad de definir lo que deseas. Y en cuanto a las necesidades…
-Sí, ya entendí que yo me ocupo de eso…
-No, me refiero a que no sirve bien la cadena de tu baño. Así que ponlo en tu lista de prioridades básicas para resolver. Yo, ya te dije, no me encargo de eso.
Publicado en El Sol de Morelia el 10 de enero de 2010
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