
Pepe dice: Astrid. Despiertaaa. Es tiempo de cambiar tu vida.
Strid Perellón dice: ¡Pepe, es tiempo de ampliar el impacto que haces en la gente!
Pepe dice: ¿Cómo le puedo hacer?
Strid Perellón dice: Sólo ten claro el para qué y aparece el cómo, dice Nietszche
Pepe dice: Genial. Me gusta la idea. ¿Y si ya tengo claro el para qué?
Strid Perellón dice: Incursiona en áreas que desconoces para que la vida te pueda sorprender con "cómos" distintos.
Pepe dice: Suena bien. ¿Qué sugieres?
Strid Perellón dice: ¡Sólo tú puedes darte cuenta cuando un área te es totalmente desconocida!
Pepe dice: Sí, claro.
Strid Perellón dice: Salte de ti mismo. Hazte fan de lo distinto. Levántate de un lado diferente de la cama para empezar y no vuelvas a ella hasta que hayas desconocido tu propia persona frente al espejo.
Pepe dice: wooww
Strid Perellón dice: Las ideas no son suficientes, ¡hay que innovar en los actos!
Pepe dice: Sí, claro.
Strid Perellón dice: Salte de ti mismo. Hazte fan de lo distinto. Levántate de un lado diferente de la cama para empezar y no vuelvas a ella hasta que hayas desconocido tu propia persona frente al espejo.
Pepe dice: wooww
Strid Perellón dice: Las ideas no son suficientes, ¡hay que innovar en los actos!
Seguramente ha experimentado dar un comentario sobresaliente sin un proceso de reflexión ¿recuerda? Y como nos han dicho "Piensa antes de hablar", desechamos los felices instantes de iluminación. Pero ¿ha descubierto quién habla en aquellos momentos? Medite ¿quién queda cuando la mente lo abandona o cuando el raciocinio está cansado? El cerebro. El cuerpo. El impulso. Lo más básico y apegado a la naturaleza. Aquel fantástico cuerpo que nos soporta las dietas, que nos hace toser cuando nos estamos atragantando, que nos hace estornudar cuando algún Objeto Volador No Identificado quiere colarse al interior del organismo, que cierra pacientemente todas las heridas que nuestra torpeza nos causa. ¡Qué sabio es el cuerpo! Funciona solito aunque pongamos todo el empeño en que deje de funcionar. Lo mismo con el Mundo de las Ideas. Sabemos muchas más cosas de las que creemos saber, pero sabemos tan poco de las que creemos dominar. Relea cuántas veces considere necesario hasta que las frases resuenen con sus células, no con su mente o su aparato de discernimiento. Esos dos están muy sintonizados con las noticias, los comentarios socio-políticos de los compañeros de trabajo, con las sabias enseñanza de la abuela.
Ese otro YO que responde cuando nos equivocamos de palabra, se nos "sale la broma" que oculta una verdad a medias, o cualquier otra manifestación de alguien que no parece ser usted mismo... es Usted Mismo.
Estúdiese con atención y vea que somos una lucha constante entre el Quiero Ser y el Debo Ser. ¿Nota por qué envejecemos o por qué los niños crecen tan rápido? Resulta que el cuerpo se estira para llamar nuestra atención, suplicando "Hazme caso, jamás te conduciría a la muerte, así que ¡haz lo que te empujo a hacer!" Pero cuando lo defraudamos, queda colgando, tira la toalla, la piel se deja caer y así nos hacemos más viejos, encorvando los hombros por el peso de todo lo que no pusimos atención que era un auténtico impulso de Quiénes Somos.
Ese otro YO que responde cuando nos equivocamos de palabra, se nos "sale la broma" que oculta una verdad a medias, o cualquier otra manifestación de alguien que no parece ser usted mismo... es Usted Mismo.
Estúdiese con atención y vea que somos una lucha constante entre el Quiero Ser y el Debo Ser. ¿Nota por qué envejecemos o por qué los niños crecen tan rápido? Resulta que el cuerpo se estira para llamar nuestra atención, suplicando "Hazme caso, jamás te conduciría a la muerte, así que ¡haz lo que te empujo a hacer!" Pero cuando lo defraudamos, queda colgando, tira la toalla, la piel se deja caer y así nos hacemos más viejos, encorvando los hombros por el peso de todo lo que no pusimos atención que era un auténtico impulso de Quiénes Somos.
RESTIRANDO ESAS PATAS DE GALLO
UN TRATAMIENTO BASTANTE CARO PERO VALIOSO
UN TRATAMIENTO BASTANTE CARO PERO VALIOSO
Dicen que el aprendizaje más caro es el del sufrimiento, yo diría que el de la experiencia. Porque el sufrimiento es una elección. La experiencia, en cambio, es para lo qu

Le comparto algunos ejercicios para recordar su misión sea cual sea.
-Cada mañana, use 5 minutos de su tiempo para acurrucarse con toda la familia hecha un ovillo en una sola cama. Todos apretujados, abrazados. Cinco minutos con los ojos cerrados.
-Al salir de bañarse, mírese al espejo y sáquese la lengua y ríase de aquel personaje mojado y brilloso frente a usted. Eso le recordará que no hay que tomarse tan en serio.
-Reparta 21 abrazos por día. Esa es la cuota mínima que mantiene el equilibrio de oxitocina en el organismo. Si no es muy sociable pueden ser 21 a la misma persona de confianza, si, por el contrario, busca hacer de su vida una memorable aventura que se contará a través de las generaciones futuras, ¡abrae al saludar!
-Que sus hijos lo escuchen idear formas de saludar. En lugar del ¡hola, cómo esás! Pruebe con algunas que obliguen a la persona a esuchar y pensar una respuesta apropiada. "¿Qué es lo que más te está gustando de tu día?", "¡Cómo está el cuerpo, cómo está la mente!" "¿En qué piensas?"
Sus palabras podrían cambiar el curso de la acción, tal como el saludo de mi amigo. Dio origen a un artículo que pone en marcha el Efecto Mariposa.
¿TE LEO ESTE CUENTO?
Rudy experimentaba Navidades de 40º en la India. ¡Ni ganas tenía de ver dentro de los calcetines, porque no los usaba o porque hallaría una cobra! Bajo el árbol, mamá repartía obsequios de la tía Esther que envió otro juego de té, ¡sin caer en cuenta aún que Rudy era nombre de niño y no de niña! Pero todo se tornaba más divertido con el regalo del abuelo Kipling.
Esta ocasión pesaba mucho y, sosteniendo la caja con dos manos, Rudy la llevó a la mesa.
-No te vayas a caer -vaticinó mamá y, como todo adulto, su palabra impactó el curso de las acciones. Rudy se cayó, la caja voló hasta la tarta de Navidad justo cuando llegaban los invitados.
Lo peor fue cuando todos vieron a la mangosta que salía de entre la comida. Es una animalito noble como un zorrito rojizo de largos bigotes y cuerpo flexible como un hurón.
La señora Kipling odió el regalo que la seguía a todas partes cuando Rudy iba a la escuela, mientras que el niño inventaba conversaciones entre su mangosta y las criaturas de la selva. La nana se guardaba la risa y comentaba- Algún día ese animalito le salvará la vida.
Cuando creció el joven Rudyard, su abuelo le regaló un automóvil. Uno de los primeros en llegar desde Gran Bretaña. No era mucha su velocidad pero los jóvenes graduados se fueron a explorar y a buscar aventuras.
De alguna manera, que sólo ocurre entre los adolescentes, terminaron retándose a pasar el puente colgante y sólo Rudy llegó casi al final hasta que se venció bajo sus pies y los demás huyeron, atemorizados. Colgand

Una cobra se acercó, sigilosa, para evitarle la rocosa caída y porporcionarle un sueño profundo con sus colmillos venenosos pero una escurridiza mangosta se lo impidió.
En poco tiempo murió la mascota y la cobra se alejó, echando pestes. El abuelo Kipling fue a buscar a su nieto y para rescatarlo corrió- ¡Cuidado, abuelo! -dijo el muchacho y, así, marcó el comienzo de su mentalidad adulta que, con sus palabras, cambia el curso de las acciones- No te vayas a caer-. El abuelo tropezó.
En ese momento decidió el joven adulto Rudyard Kipling que la muerte de su mangosta no sería en vano. Sus palabras sí cambiarían el curso de las acciones pero en conversaciones más sabias: las de los animales.
2ª Entrega abril
El Sol de Morelia
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